Los proyectos son el motor de la generación de valor organizacional, permiten cristalizar la estrategia, y lograr la satisfacción de los clientes. Los profesionales dedicados a la gestión de proyectos, no tienen una misión fácil, ya que su éxito va más allá de ser expertos técnicos y aplicar conocimientos, habilidades, y herramientas, sugeridas por una buena práctica, o fruto de la experiencia, hay otros factores que tienen que considerar para no fracasar en el intento, tales como las condiciones económicas y de mercado, la cultura y el estilo organizacional. Los Directores de Proyectos que el mundo globalizado de hoy requiere, deben contar con las habilidades ideales reflejadas en el Triángulo del Talento para la Gestión de Proyectos (TTGP).
En la VIII Encuesta Mundial sobre Dirección de Proyectos, realizada por el Project Management Institute (PMI®) en el 2016, por primera vez se menciona el concepto del TTGP, y se remarca el hecho de que el Director de Proyectos debe mirar más allá de las habilidades de Dirección Técnica de Proyectos, y contar además con habilidades de Liderazgo, y de Dirección Estratégica y de Negocios, que faciliten su aporte a los objetivos estratégicos de la organización. Tanto así, que se plantea que si una organización centra sus esfuerzos en contar con Directores de Proyectos con los tres tipos de habilidades, se incrementará en un 40% el número de proyectos que cumplan con sus objetivos originales.
Habilidades de Dirección Técnica de Proyectos
Debido a la evolución de los negocios y la aplicación de la gestión de proyectos a nivel global con un enfoque más profesional, distintos organismos conformados por expertos en la materia, han construido y propuesto estándares y metodologías que potencialicen el éxito de los proyectos: el Project Management Body of Knowledge (PMBOK®) del PMI®, el IPMA Competence Baseline (ICB®) del IPMA, el ISO 21500:2012, y el Project in Controlled Enviroments (PRINCE2), elaborado por el gobierno británico. Un Director de Proyectos, al tener dominio de uno o varios de estos estándares, certifica el poseer las habilidades técnicas requeridas para gestionar un proyecto desde sus distintas aristas; con ello puede construir una metodología propia de gestión de proyectos, y contribuir con prácticas estandarizadas para toda la organización. Sin embargo, esto no es suficiente para ser exitoso, requiere además habilidades de liderazgo y de dirección estratégica y de negocios para hacer frente a los factores externos que no están bajo su control absoluto.
Habilidades de Liderazgo
En una investigación realizada por Kappelman, McKeeman, y Zhang (2006), determinaron que una de las señales tempranas de alerta de fracaso en los proyectos era el tener un Director de Proyectos débil, en otras palabras, sin liderazgo. Esta habilidad blanda es fundamental para hacer frente a problemas causados por la cultura y el estilo de la organización beneficiaria tales como: escaso nivel de compromiso de los involucrados (patrocinador, ejecutivos, miembros del equipo de proyecto), estructura organizacional y relaciones de autoridad, resistencia al cambio, asignación y distribución geográfica de recursos e instalaciones, sistema de comunicación poco efectivo, y los silos de información.
Habilidades de Dirección Estratégica y de Negocios
La aprobación de un proyecto se sustenta en el caso de negocio, documento que evidencia los beneficios que generarían los resultados de su realización, y el valor que la organización obtendría vía contribución a sus objetivos estratégicos. He aquí cuando las condiciones económicas y de mercado deben ser contempladas al hacer el análisis del proyecto con una perspectiva de negocio, proporcionando la información para facilitar la toma de decisiones por parte de los altos directivos. Si el Director de Proyectos cuenta con las habilidades de Dirección Estratégica y de Negocios, no se arriesgará a gestionar un proyecto, cuyo caso de negocio no exista o sea deficiente en sus análisis de factibilidad, sino que detectará las oportunidades de mejora y velará porque el proyecto esté alineado a la estrategia, y sea posible entregar los beneficios requeridos por la organización y sus interesados.
Para el 2017, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyecta un crecimiento económico regional de apenas 1.1%, y para Ecuador un 0,6%, así que no será un año fácil para los gestores de proyectos ecuatorianos, donde tendrán que luchar por los recursos para que sus proyectos sean aprobados, seguramente quien cuente con el TTGP, tendrá las de ganar.