En 1995, Eisenhardt y Tabrizi, académicos de Stanford University, publicaron en el Administrative Science Quarterly un artículo sobre la aceleración de los procesos de adaptación al cambio por parte de las organizaciones mediante la innovación de sus productos, donde para el efecto plantearon dos modelos: el de compresión y el experiencial. Si bien ambas estrategias favorecen a la aceleración del desarrollo de productos, cada una tiene su marco referencial de aplicación, y es interesante descubrir cómo el estilo de la gestión de proyectos varía, según el camino escogido.
Estrategia de compresión (crashing)
El modelo de compresión maneja el supuesto de que el desarrollo de productos se basa en un proceso predecible y que puede planificarse en una serie de pasos bien definidos. Su estrategia de aceleración consiste en acortar los tiempos de los distintos pasos, traslapando su ejecución, generando así un cronograma comprimido de trabajo. Desde esta perspectiva se enfatizan los siguientes factores:
Hacer una buena planificación para empoderar a los desarrolladores en cuanto al conocimiento, comprensión y manejo del proceso. Involucrar proveedores en aquellas en las cuales tienen mayor experiencia que los desarrolladores. Utilizar software de diseño permite a los desarrolladores trabajar de forma más interactiva, por ende, más ágil en la culminación del proceso de diseño del producto. Trabajar con equipos multifuncionales facilita la realización e integración de actividades de desarrollo de diversa índole, sean estas técnicas, de mercadeo, o fabricación, lo cual hará que el proceso de desarrollo del producto se concrete en menor tiempo. Recompensar por cumplimiento del cronograma puede tener un efecto importante en la velocidad de desarrollo del producto, ya que los desarrolladores se concentran en la actividad principal más que en las secundarias.
Estrategia experiencial
El modelo de estrategia experiencial, a diferencia del de compresión, facilita el desarrollo de productos en un proceso con alta incertidumbre, sometido a constantes cambios tecnológicos y de mercado. Su estrategia de aceleración se soporta en la construcción del rápido aprendizaje y la flexibilidad para manejar entornos inciertos, manteniendo el enfoque y la motivación. Desde esta perspectiva se enfatizan los siguientes factores:
Aplicar modelos iterativos de diseño conlleva a acelerar el proceso de desarrollo, porque incrementa y facilita la comprensión del alcance del producto, ya que, al generar varias alternativas de prototipos, estos pueden ser comparados siendo evidentes sus fortalezas y debilidades. Realizar evaluaciones minuciosas durante el proceso de desarrollo del producto revelarán errores de forma temprana, y estos podrán ser solucionados con mayor facilidad. Establecer hitos frecuentes también conocidos como puntos de revisión formal del proyecto inciden en la aceleración del desarrollo del producto porque fomentan la evaluación recurrente de su estado actual de progreso.
Empoderar a los líderes de proyectos es esencial para que el proceso de desarrollo experiencial del producto esté enfocado y los equipos de trabajo mantengan una visión disciplinada antes el caos que pueden generar las iteraciones y las evaluaciones minuciosas.
Hoy se vive un entorno globalizado y lleno de cambios, donde las organizaciones deben aprender a sobrevivir, y para ello se requiere que generen productos innovadores, que sean apetecidos por sus clientes y los obtengan en el momento indicado.
Autora – Mgs. Elizabeth Arteaga
Directora de la Maestría en Gestión de Proyectos
Excelente artículo María Elizabeth