El concurso universitario que promueve la convivencia social basada en el respeto y la legalidad.
La Facultad de Comunicación de la Universidad Espíritu Santo (UEES) llevó a cabo la primera edición de BRAND MAKERS, un concurso diseñado para promover la cultura del respeto, la legalidad y la paz mediante propuestas comunicacionales originales, creativas e innovadoras.
El evento surgió como respuesta a problemas sociales arraigados, como la corrupción, el irrespeto a las normas y la “viveza criolla”, que muchas veces comienzan con pequeñas acciones cotidianas, como estacionar en un lugar indebido o copiar en un examen.
“Consciente de esta realidad, la UEES apuesta por la formación de estudiantes que, a través de la comunicación, contribuyan a generar un cambio positivo con la cultura de la legalidad se pretende cambiar no solo nuestra universidad sino también el país”, destacó Danny Barbery, decano.
La iniciativa fue desarrollada por estudiantes de las carreras de Comunicación, Marketing, Diseño Gráfico Interactivo, Producción Audiovisual y Gestión de Medios y Contenidos, quienes presentaron proyectos innovadores para transmitir su mensaje.
Los grupos participantes —Cicatrices Invisibles, Cambiar el Chip, BetrUEES, Juega Limpio y Bueenas Acciones— propusieron estrategias que incluyeron contenidos audiovisuales, juegos interactivos, experiencias inmersivas y concursos de murales, entre otros formatos.
Entre los eslóganes destacados del concurso estuvo: “En los juegos rechazamos al tramposo, pero en la vida real aceptamos al sabido”, una frase que invita a la reflexión sobre la coherencia entre valores y acciones.
El equipo ganador fue Juega Limpio, integrado por Viviana Aguirre, Alejandra Ramírez, María Sol Quintero, Romina Mera y Milena Pérez. Su propuesta será implementada en los próximos meses como parte de una campaña institucional.
BRAND MAKERS es un ejemplo del impacto de la comunicación como herramienta de transformación social y del papel fundamental que juegan los futuros profesionales en la construcción de una sociedad más ética y consciente del respeto a las normas, tanto escritas como implícitas, que garantizan la convivencia pacífica.