La administración del sector público debería ser un honor, sin embargo, vemos como en los últimos años se ha vuelto un caos en muchos casos. ¿Realmente se necesita conocer el sector público para administrarlo bien? Esta pregunta un tanto trillada y desgastada es muy común en las conversaciones entre amigos y opinólogos; tomaré posición, mi respuesta es que no es tan necesario. Pero, los administradores del sector público deberían tener claro por qué y para qué existe el sector público.
Fundamentalmente, el sector público puede promover el crecimiento económico sostenible, sustentable, e inclusivo; puede ayudar a disminuir la desigualdad, inequidad y, las externalidades negativas como son: la contaminación, corrupción, entre otras; puede generar un gasto público de calidad mas no de cantidad, y de esta forma ser más eficiente en la asignación de recursos. Esto nos lleva a una nueva pregunta ¿Cómo lo puede lograr? Con gobernabilidad, leyes claras, un sistema judicial transparente, entre otros.
Es bien conocido que la corrupción, el crecimiento y, desarrollo económico están correlacionados negativamente, así mismo, la informalidad y el crecimiento económico; mientras que la infraestructura, el crecimiento y, desarrollo económico están correlacionados positivamente al igual que el capital humano. Por lo tanto, un primer paso de los administradores públicos es identificar estos puntos críticos en sus instituciones. Existe un índice de libertad económica que elabora un ranking de todos los países y Ecuador se ubica en la posición 126 de 177 países en el 2022; n el índice de integridad del gobierno que está positivamente correlacionado con crecimiento económico, Ecuador ocupa una posición por debajo de países como Chile y Colombia, esto no es nuevo, la cuestión aquí es si la corrupción está arraigada en la administración pública ¿qué podríamos hacer?
Empezaré mencionando algunos argumentos que están atados a la mala calificación de integridad del gobierno, la falta de calidad institucional perjudica la atracción de nuevas inversiones; una ley no es suficiente para captar inversiones, se necesitan cambios estructurales contundentes. Gobiernos sin credibilidad a los cuales les encanta la discusión política no ayudan a mejorar el entorno económico, político y social. Las instituciones débiles siguen siendo débiles no porque lo eran antes, sino por la falta de compromiso de sus administradores. Esto me lleva a contestar la anterior pregunta, administrar correctamente las instituciones públicas por lo tanto se constituye en un deber no solo para nosotros sino para con la sociedad ya que, podemos crear externalidades negativas.
Hace 10 años teníamos leyes diferentes, una constitución diferente, administrar el sector público de la misma forma de hace décadas es Old Fashion, no solo por la nueva normativa, sino también por el uso de la tecnología, hay que innovar en el sector público, ¡¡hay que crear!!, esto es lo New Fashion. Aunque, algunas ideas pueden ser Old Wine in New Bottle.
Econ. Segundo Camino Mogro, Ph.D (c).
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