Con frecuencia solemos exteriorizar opiniones sobre un restaurante a la moda, el destino turístico del año y el tema favorito de Twitter, las políticas públicas. En cada acontecimiento público nos transformamos en analistas y comentaristas de titulares de noticias, que, en muchos casos, apenas hemos leído. ¿Pero cuál es el inconveniente de la libertad de expresión en medios digitales?
De acuerdo con el informe de Visual Capitalist “internet in one minute in 2021”, en 60 segundos, 575 000 personas presionaron “enviar” en Twitter y 167 millones de videos fueron observados en TikTok. Vivimos en un mundo tan conectado y con diminutas barreras de entradas, que mientras contemos con Internet podemos impactar con nuestro punto de vista a un número determinado de personas.
From Amazon to Zoom: What Happens in an Internet Minute In 2021?
En 1949 Radio Quito realizó la adaptación radial de “La Guerra de los Mundos” en la que aparentes extraterrestres invadieron la capital de la República causando una conmoción sin precedentes. Para aquel entonces, la ciencia ficción no era escuchada en Ecuador y las cadenas de Whatsapp estaban muy lejos de llegar. Luego del susto “alienígena”, los oyentes al enterarse que nada de lo reportado era cierto, tomaron la justicia con sus propias manos, quemando el edificio de “El Comercio”. Este episodio dejó 5 muertos.
https://www.eltiempo.com/mundo/latinoamerica/extraterrestres-en-ecuador-el-programa-de-radio-que-dejo-muertos-en-quito-495224#:~:text=La%20Guerra%20de%20los%20Mundos%2C%20la%20novela%20de%20H.%20G.%20Wells,a%205%20muertos%20en%20Quito.&text=La%20furia%20que%20se%20desat%C3%B3,si%20se%20dimensiona%20la%20ofensa.
Con la facilidad de las plataformas sociales hemos encontrado un sorprendente espacio para nuevas conexiones, modelos de negocio y roles que permiten a muchos prosperar. Las PYMES se han visto beneficiadas indiscutiblemente al capitalizar espacios de impacto y conversión con su audiencia, algo que, en décadas pasadas era impensable. Ese mismo fenómeno crea la figura de un prosumer o prosumidor que además de consumir, produce contenido para la marca (Sordo, 2020).
Hasta esa etapa, se sinceran las valoraciones y destacan, en su mayoría, los que más valor aportan a los usuarios de una comunidad determinada. Cada producto recibe su calificación directa o indirectamente en redes sociales o en los canales digitales de comercialización. Pero ¿Qué sucede con el usuario? ¿Qué calificación recibe un consumidor que en plataformas sociales emite criterios sobre su experiencia en un restaurante? ¿Tenemos la misma capacidad para juzgar a la PYME que a una multinacional?
Es aquí donde encontramos el desbalance y la responsabilidad requerida en la reputación de nosotros como consumidores además del “poder” de los líderes de opinión. No nos imaginamos lo fulminante que puede ser para un restaurante un review en TikTok basados en gustos personales. ¿El “Se felicita en público y se corrige en privado” es aplicable en ambientes digitales? Si bien el internet nos seguirá dotando de herramientas y libertades para expresarnos en distintos foros, nos hacemos la pregunta si finalmente la viralización basada en la polémica termina siendo gravitante para la credibilidad y la audiencia en entornos cada vez más polarizados. ¿Olvidamos acaso el esfuerzo de un emprendimiento que está expuesto a críticas despiadadas de la red sin el brazo económico para contrarrestarlo?
Es por ello que, pese a que los internautas cuentan con reglamentos dentro de cada ecosistema para salvaguardar la armonía en cada comunidad, nos preguntamos ¿Cómo manejamos nuestra voz digital? ¿Somos igual de severos con las PYMES, futbolistas y el político de turno? En diversos casos encontraremos que olvidamos a las personas detrás de una cuenta o marca comercial. Al final del día estamos cada vez más conectados, y en ciertos casos, son menores las conexiones reales que generamos.
Johnny Manrique
Docente UEES
