Por Janeth Campoverde
En la oscuridad las sombras toman vida y la falta de colores crea imágenes escondidas. – Omar Silva
Los últimos registros emitidos por la Fiscalía General del Estado y el Mapa de Femicidios en Ecuador de la Fundación Aldea, con corte al 30 de mayo del año en curso, indican que entre enero y abril del 2021 se han registrado 24 femicidios, cifra que refleja un incremento del 55% más, con relación al mismo periodo del 2020 (15).
En las últimas semanas se han conocido de varios ataques a diferentes instituciones educativas o lugares de trabajo, en distintos lugares del mundo, los cuales han sido perpetrados con armas de fuego y de sofisticado calibre; Rusia, USA y otros lugares han sido los escenarios donde los atacantes, por lo general, en algún momento de su vida desarrollaron algún tipo de actividad en el lugar emboscado, ya sea como estudiantes o trabajadores.
Si revisamos el contenido de algunas redes sociales y sobre todo, cuando los temas tienen un tinte político, social, religioso, del espectáculo o quizás cultural, donde los internautas se aglutinan y deciden ubicarse según el bando que se apegue a su emocionalidad del momento, en muchas ocasiones encontraremos discusiones con tono elevados, por no decir grotescos, procaces, vulgares e inclusive sin argumento, solo por el hecho de “opinar” aduciendo que están haciendo uso de su “libertad” de comentar porque el primer comentario que los “alteró” está ahí, flotando en cualquier espacio de la web.
Seguro en este momento se preguntarán ¿Y cuál es el fin de este artículo con el planteamiento de tres situaciones que al parecer no tienen relación? Permítanme señalarles que el denominador en común es el “lado oscuro de la comunicación”.
¿Conocían que la comunicación tiene un lado oscuro? Es muy probable que muchos no sepan realmente a qué se refiere, pues por alguna razón oculta, no se habla de su existencia y mucho menos de los elementos que lo caracterizan, porque al identificarlos, definitivamente muchos de los lectores comprobaremos que consciente e inconscientemente, brincamos a ese lado de forma constante.
Es así que Duck (1994) llegó a la conclusión de que “el significado relacional que tiene lo desagradable en las vidas diarias del común de los mortales ha estado gravemente sub-representado en la teoría y la investigación”, y es mejor no estudiarlo o dejarlo bajo el tapete, así no se hace mucha bulla. Para qué hablar de un lado oscuro si lo que más vende son temas como la comunicación asertiva, empática, positiva e inclusive la llamada consciente, y es aquí donde surge otra interrogante ¿Esos tipos de comunicación son comprendidas, aplicadas y compartidas?
Antes de proceder a la explicación de este lado oscuro, hago algunas preguntas, que permitirán más adelante aclarar el tema. ¿En algún momento han asignado apodos o se los han puesto?, ¿Han sido sarcásticos con alguien porque no hay otra forma de hacerle entender una situación?, ¿Cuántas veces insultan porque están enojados o ese lenguaje es propio de su hablar cotidiano? Puedo continuar con preguntas de ese estilo, aunque prefiero dejarlas para que se comprenda lo posterior.
Mortensen (1997) indicó que a menudo las personas entran en una conversación con ideas preconcebidas que hacen posible la “mala comunicación”, lo que se deriva en una comunicación negativa. Día a día, indistintamente de la ocupación que desarrollamos, nos comunicamos con aquellas personas que están en nuestro entorno, ya sea familiar, laboral, académico, comunitario u otro, e intercambiamos todo tipo de mensajes, los que siempre llevan una carga emocional, dependiendo del estado en el que nos encontremos, y en varias ocasiones, nuestras conversaciones portan un contenido desagradable que no reconocemos cuando lo emitimos y asumimos que los demás tienen la obligación de recibirla, procesarla y aceptarla. Es ahí donde abrimos la puerta y saltamos al lado oscuro de la comunicación. En ese momento, inclusive de forma inconsciente (porque es la justificación más fácil), damos paso a las discusiones sin control, sin negociación; a las ofensas con mensajes peyorativos; aparecen las humillaciones con una alta carga de desprecio; los insultos grotescos y deshumanizantes comienzan a danzar; el desprecio y la venganza que se encuentra reprimidos por largo tiempo, deambulan y se manifiestan con violencia física, verbal o psicológica.
Los datos de femicidios que tienen un terrible incremento en nuestro país nos demuestran que los protagonistas no fueron capaces de entablar caminos de comunicación que los dirijan a un entendimiento en común, a un razonamiento conciliador o una la salida más civilizada; en cambio, aumentaron las estadísticas de violencia, y el problema no se detiene ahí, las familias quedan desmembradas, surgen daños psicológicos en sus miembros y quizás quede sembrada la semilla del odio y la venganza. No les asombre que la historia se vuelva a repetir.
Desde hace mucho tiempo hemos conocido acerca de los ataques violentos, dirigidos a instituciones educativas o lugares de trabajo; Estados Unidos ha sido uno de los países donde se registra la mayor cantidad de estos hechos, siendo el 2019 el año con mayor cantidad de atentados (41 con 211 fallecidos). Un denominador en común es el acoso (bullying) que los atacantes recibieron en el lugar, ya sea por sus compañeros u otras personas, y no recibieron la debida o anhelada protección o defensa. Debe aclararse que este país no es el único con este tipo de situaciones, pero tiene a su haber el número más elevado de hechos violentos de este tipo, donde luego de las investigaciones, por lo general, el o los responsables de los hechos manifiestan que han sufrido algún tipo de censura, ataque o acoso de sus compañeros o personal del lugar. ¿Conocemos las razones por las que los perpetradores tomaron la decisión del ataque? ¿Nadie percibió que “esa persona” necesitaba comunicarse y ese disgusto, ira o traición, se transformó en violencia, empujándolo a cruzar el límite negativo que lo llevó al “lado oscuro de la comunicación”?. Entiéndase que no se justifican los hechos, aunque debe comprenderse que en algunos casos, se pudieron evitar.
El tercer ejemplo citado en este artículo son los mensajes negativos que encontramos diariamente en redes sociales, sobre todo, en aquellas que invitan a la disputa y los participantes aprovechan para destilar enojo y odio; son ofensivos, irrespetuosos e inverecundos. ¿Al leer algún mensaje de ese tipo se han preguntado quién está detrás? ¿Qué razones o emociones tiene ese emisor? ¿Por qué es más fácil atacar y denigrar en lugar de conciliar? Turner y West (2005) alegaron que los individuos actúan y se comunican según sus estándares éticos y Howell (1986) indicó que el ritmo y el tiempo de la conversación, el entorno y las relaciones humanas afectan a la aplicación de los estándares éticos. Me atrevería a aseverar que en los nuevos entornos donde predomina la inmediatez y existe una revancha entre el que opina más rápido e irracionalmente, mientras no se establezcan desde la principal célula de la sociedad (la familia) las normas y enfoques necesarios para una convivencia civilizada, muchos de los individuos darán tumbos y expulsarán mensajes insultantes, ofensivos y agraviantes, lo que constantemente los llevará a cruzar y permanecer en el lado oscuro de la comunicación.
Conocer que existe este lado oscuro de la comunicación no debe atemorizarnos y mucho menos bloquearnos en nuestras rutinas diarias y de establecimiento de relaciones gratificantes; antes es mejor que ahora, con esta premisa, determinemos las directrices para desarrollar una comunicación conciente en todos los entornos en los que nos desenvolvemos, capaz de fijar entendimientos mutuos con los demás. Requerimos compreder y manejar la comunicación negativa para evitar inconvenientes personales y grupales. Nuestra consigna debe ser que al conocer lado oscuro, la intencionalidad de los mensajes positivos deben crear puentes de conectividad con todos… y como lo dijo el Maestro Yoda a Luke Skywalker (El Imperio Contraataca) «Miedo, ira, agresividad, el lado oscuro ellos son. Si algún día rigen tu vida, para siempre tu destino dominarán» y «Que la fuerza te acompañe» en la búsqueda y establecimiento de una comunicación del encuentro y conciliación.
Referencias
Duck, S. (1994) Meaningful relationships. Thousand Oaks, CA: Sage
Howell, W. S. (1986) The emphatic communication. Belmont, CA: Wadsworth
Mortensen, C.D. (1997) Miscommunication. Thousand Oaks, CA: Sage
West R. & Turner L. (2005) Teoría de la Comunicación. España: Mc Graw Hill
Zúñiga, C. (30 de mayo, 2021) Narcotráfico, asesinatos, femicidios, robos, los delitos en alza que afectan a Ecuador y que debe combatir el nuevo Gobierno. El Universo https://www.eluniverso.com/noticias/ecuador/narcotrafico-asesinatos-femicidios-y-robos-parte-de-los-delitos-en-alza-que-afectan-a-ecuador-y-que-debe-combatir-el-nuevo-gobierno-nota/