Un estudio reciente ha revelado un descubrimiento sorprendente sobre la población de Atahualpa, un pequeño pueblo costero de Ecuador. Tras más de una década de investigación, los científicos han identificado una conexión genética inesperada entre sus habitantes y los antiguos pueblos Inuit del Ártico. Aunque no comparten un ancestro común reciente, ambas poblaciones han experimentado procesos de selección natural similares, influenciados por su dieta rica en grasas saludables, principalmente omega-3.
En Atahualpa, la selección natural ha favorecido genes específicos relacionados con el metabolismo de las grasas y la salud cardiovascular, lo que sugiere que su alimentación ha desempeñado un papel clave en su evolución genética a lo largo del tiempo. Investigadores de la Universidad de California en Berkeley, la University College London y la Universidad Espíritu Santo han determinado que los habitantes de esta región podrían haber desarrollado adaptaciones genéticas que les permiten aprovechar mejor los beneficios del pescado en su dieta tradicional. Este hallazgo podría redefinir nuestra comprensión sobre la relación entre la alimentación y la evolución humana.
El estudio, publicado en la revista Genes, Genomes, Genetics, analizó el ADN de 50 residentes de Atahualpa y encontró evidencias de selección natural en genes relacionados con el metabolismo de los ácidos grasos. En particular, se identificó una fuerte señal de selección en el gen SUFU, vinculado a la regulación de la grasa corporal, y en LRP1B, que influye en los niveles de colesterol. Estos resultados sugieren que, a lo largo de miles de años, la población pudo haber desarrollado adaptaciones genéticas que optimizan los beneficios del consumo de pescado en su salud cardiovascular.
Los habitantes de Atahualpa tienen un 94.1% de ancestro americano, eso significa que su linaje proviene directamente de los primeros pobladores que cruzaron el Estrecho de Bering hace más de 15.000 años y migraron hacia el sur del continente.
Un Hallazgo con Implicaciones Globales
Este descubrimiento es especialmente relevante en el contexto de estudios previos realizados en otras poblaciones, como los Inuit de Groenlandia, quienes también muestran adaptaciones genéticas relacionadas con dietas ricas en omega-3. Sin embargo, este es el primer estudio de su tipo en Sudamérica, lo que destaca la importancia de investigar poblaciones indígenas locales para comprender mejor la evolución humana y la nutrición.
La investigación no solo resalta la riqueza genética de las poblaciones indígenas de Ecuador, sino que también abre nuevas líneas de investigación sobre la relación entre la dieta y la salud a nivel global.
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